Transparentando nuestra comunicación
- Hugo Rodas
- 7 ene
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Actualizado: 9 ene
Ciudad de México, 31 de diciembre del 2024

Distinguidos y apreciados miembros del Consejo consultivo; y compañeros de los equipos de trabajo orgánico de la Fundación:
Quien escribe tiene el privilegio y, a la vez, la obligación, de dar cuenta de un balance de hechos de este año de 2024 con dos motivaciones básicas: lo grato de desearles un mejor 2025 en sus propias actividades, y realizar una modesta síntesis de lo significativo del periodo que concluye, recordando la singularidad del año 2025 por el bicentenario de Bolivia.
La presente comunicación, como todas las anteriores, responde únicamente a mi rúbrica, porque la tarea de levantar una institución crítica de la esfera pública desde la sociedad civil, sin financiamiento de ningún tipo, supone tareas previas a la consolidación (o disolución) de una voluntad colectiva por construir. Esta es una cuestión que no puede dejarse al azar de espíritus pragmáticos o celebratorios del orden existente; desde el siglo XX pasado, los esfuerzos por constituir un colectivo sin jerarquías fracasaron inevitablemente, porque la base de dicho colectivo no puede ser otra que social, antes que voluntarista. Para mayor complejidad del asunto, el orden capitalista contemporáneo y su dominante ideología del multiculturalismo políticamente correcto en curso (del que es parte todo “progresismo”), no hace sino más urgente su comprensión, superación y casi imposibilidad de realización, a la luz, por ejemplo, de la Crítica de la razón dialéctica de Sartre. Pero esta referencia intelectual, como muchas otras posteriores de la teoría crítica de lo social, no son meros fracasos, sino fracasos ejemplares que señalan la dirección del camino a construir. Entiendo que la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz es otro hito en este sentido, y el políticamente más significativo a nivel local, boliviano.
Constituir jurídicamente una Fundación (por lo común, de carácter internacional) y dotarla de una visibilidad social del mayor alcance posible (virtual; la página de internet de nuestra Fundación), no es una tarea particularmente difícil; requiere sí de una inversión económica en ambos aspectos y eso es algo ya resuelto y sobre lo que debemos imaginar algo nuevo y actuar para reorganizarnos mejor.
Menos fácil, en cambio, resulta pensar y construir una voluntad colectiva; un equipo de trabajo democrático y horizontal, superador de la flexible organización capitalista contemporánea. La experiencia de estos tres años, que son muy pocos ―semejantes a la infancia de un individuo pero más allá en el tiempo, considerando que una institución pretende trascender la vida de un individuo― nos ha dado algunas pequeñas lecciones que se resumen en un texto seminal, que debe mejorarse y desarrollarse en torno a las razones y pretensiones de una institución como la nuestra, que ha definido nuestro lugar como “trabajadores de la cultura”, en dirección a una esfera pública futura, de carácter crítico respecto al orden global existente. El texto se titula: “Comunidad virtual e investigación de historia política local: Fundación Internacional Marcelo Quiroga Santa Cruz”, y se podrá consultar desde este 1ero. de enero próximo, en nuestra página de internet (www.lafundaciondemarcelo.org); fue publicado como capítulo del libro: Las comunidades virtuales en la sociedad contemporánea, volumen 2 (Georgina Torres et al., coords.), Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información/UNAM, 2024, pp. 19-37.
Todo tiene su propia historia y quien quiera conocer mejor el origen y resignificación de “trabajadores de la cultura” debiera retroceder cuatro décadas hasta un artículo informativo de Mario Ríos Gastelú (diario Presencia de La Paz, 1985) [añadimos una nota del periodista y escritor Julio Ríos Calderón, c. 1986, infra] que refiriera el área de Ciencias Sociales del Centro Popular de Arte y Cultura (CPAC). En esa época ―recordémoslo de manera abreviada: antes de la implosión del socialismo real soviético, pero en plena reforma estatal neoliberal, luego de la antipopular devaluación monetaria del gobierno de la UDP de Hernán Siles Zuazo, planificada desde el Ministerio de Economía a cargo del MIR boliviano, que transfirió ganancias a la burguesía financiera y derechizó a la clase media empobrecida― los talleres de “cultura popular” en un nivel semilegal, comenzando con el de música, cumplían un trabajo político de concientización del que salieron destacados jóvenes educadores populares, cantautores, dibujantes, titiriteros, actores y gestores culturales de la naciente democracia representativa boliviana en La Paz y El Alto, además de una red de vínculos con el resto de la actividad cultural del país, desde Jenecherú hasta Casazola.

La Bolivia del primer cuarto del siglo XXI, en cambio, no puede pretender conciencia social en generaciones crecidas durante el neoliberalismo, con indiferencia sobre el pasado, ninguna pretensión de cambio social y en una época como la actual, máxime luego de dos décadas de populismo despolitizador, procapitalista y monopolizador de la burocracia estatal.
Deben realizarse elecciones generales este 2025, con una “oposición” que mezcla su decadente y anómico conservadurismo tradicional con desaires retóricos de cierta ultraderecha regional. Comunidad Ciudadana expresa bien estas tensiones de derecha, con miembros suyos buscando la foto con el señor Javier Milei en la Argentina, secundando la inopia política local del señor Carlos Mesa o migrando a otras opciones partidarias ante la ausencia de sigla electoral. Regionalmente esta derecha y sus aliados en prisión, disputa con el ex militar Reyes Villa en Cochabamba y con el ultraderechismo importado de un Marinkovic en Santa Cruz.
En mi opinión el corrupto MAS paraestatal no podrá ser relevado por la senil derecha tradicional, carente de todo proyecto nacional y social. En esto, Bolivia también es mediterránea respecto a las tendencias retrógradas globales, es decir, que no se ven ideas de ningún orden, lo que, por supuesto, indica que el país no está en peor situación que otros escenarios, pero sí en el más lamentable de su propia historia. El bicentenario debe explicarse no sólo en los modos celebratorios de la añeja tradición republicana, sino también como frustración nacional general.
Estos criterios personales tienen el objetivo de señalar cambios en la Fundación respecto a la opinión pública global, al estar próximo a lograrse el mayor objetivo que se planteara nuestra institución: la recuperación escrita y digitalizada de la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Para el 13 de marzo de 2025, en que recordaremos 94 años de su nacimiento, estarán completos los diez volúmenes de sus “Escritos exhumados”, cuyos Índices finales daremos a conocer y se abrirá un periodo de revisión detallada.
Entonces comenzará una segunda etapa de la Fundación debiendo avanzar en la institucionalización de las tareas, así como en el rol del Consejo consultivo, con un espacio específico de sugerencias (su participación voluntaria en nuestro blog), y trabajando las obras de sus miembros para enriquecer el acervo institucional; obras comprometidas con el pensamiento crítico y especializado sobre Bolivia, por las que fueron invitados a participar de nuestra institución.
Saben, los distinguidos miembros del Consejo consultivo, que se ha respetado los tiempos individuales de cada uno de los miembros y no se les ha solicitado esfuerzo alguno, en ningún sentido. El obituario de nuestra Fundación recuerda a dos miembros de nuestro Consejo fallecidos este 2024: el profesor inglés Tristan Platt (21 de marzo, a los 80 años; la profesora Bouyssé-Cassagne refiere erróneamente el 13 de marzo, véase https://ifea.hypotheses.org/7946), y el profesor estadunidense Fredric Jameson (22 de septiembre, a los 90 años). Ambos honraron el esfuerzo de nuestra Fundación con su participación inmediata y desinteresada, y tenemos la obra intelectual de ambos como referencia a desarrollar desde nuestro acervo institucional. Por nuestra parte hemos cumplido, cuidando lo que el profesor Jameson expresara en comunicación personal: “I would be honored to serve on your advisory board within the limits of my capacity” (21 de febrero del 2022), lo mismo que con el profesor Platt, quien escribió: “Es un honor recibir su invitación a ser miembro del Consejo consultivo de la Fundación Internacional Marcelo Quiroga Santa Cruz. Acepto con mucho gusto, y espero que podremos conversar en la próxima oportunidad” (26 de febrero de 2022).
Otra tarea institucional de la segunda etapa, será la de relacionamiento para la publicación de los “Escritos Exhumados” referidos, antes de ponerlos en formato digital a disposición del público. La situación de olvido de esta obra por parte del Estado y la propia sociedad civil boliviana, nos plantea la interrogante: ¿Es pertinente abrir su consulta gratuita al público y al fácil plagio oficialista? La publicación física de esta obra parece condición primera para asegurar los derechos de la propia Fundación, así como el carácter político de esta memoria. Por lo demás, nos ha sido muy leve el no haber recibido en estos tres años casi ninguna comunicación que utilice los canales institucionales (página web, correo electrónico, dirección física de la institución) para solicitar información al respecto, aunque esta será una condicionante futura de rigor. Solamente algunos ciberdelincuentes, que se apropiaran de la página web previa, han procurado “vendernos” ese material, del que, por supuesto, no carecemos. Finalmente, por la información de “visitas” a nuestra página web, son mis propias tareas académicas las que alientan la consulta de nuestra Fundación, de donde resulta que quizá haya más jóvenes e investigadores mexicanos que bolivianos, informándose de la obra de Marcelo Quiroga Santa Cruz.
Otras tareas del 2025 serán el redirigir nuestro trabajo institucional hacia aquello pendiente por razones técnicas (rediseñar la página web en función del acervo); por dificultades de tiempo (la elaboración y publicación digital de los “Cuadernos rojo y blanco” de debate intelectual contemporáneo), o por la próxima coyuntura boliviana (el blog institucional para participar con opinión crítica sobre el acontecer boliviano e internacional). Esto último ha sido resultado de una inhibición de quien escribe, con relación a la función de dirección de la Fundación. Distinguirlos explícita y públicamente será necesario previo debate interno de los equipos de trabajo: hay mucho que decir, aunque la situación nacional e internacional incline al más gris escepticismo sobre las condiciones de pensamiento y acción en la escena política contemporánea.
Como no nos guía ninguna ansiedad productivista, voluntarista y sobre todo, antiintelectual, los tiempos de la Fundación se mantendrán sub specie aeternitatis, que estimo es la manera adecuada de distanciamiento respecto a la complejidad y multiplicidad de temas que implica la comprensión de la realidad contemporánea.
Gracias en particular a Valeria Garau ―y Cristina Secci, por los lazos con la Universidad de Cagliari―, que ha hecho llegar a esa tierra de Gramsci nuestra voz, mediante tareas de traducción y de relacionamiento en otra latitud de Italia con Franco Moretti. Gracias en especial a la doctora Pilar Domingo que, desde donde estuviera, ha insistido sobre cuándo y dónde apoyar con membresías y contactos a nuestra Fundación (un espíritu espartano y sobrio me llevó a postergar sus generosos ofrecimientos, en tanto no tengamos instancias internas de control económico-administrativo). El doctor Markus Gabriel también nos proporcionó información sobre apoyos en Alemania y el doctor Alberto Toscano nos alentó por la traducción del inglés de un texto del profesor Jameson en marzo pasado. Para ambos el saludo más atento.
Con este extenso mensaje de aprecio personal por todos Uds., les reitero, a nombre de los equipos de la Fundación, nuestro reconocimiento por su confianza y acompañamiento, deseándoles un fin de año grato y un 2025 mejor.
Hugo Rodas Morales
Director de la FI-MQSC
Ciudad de México
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